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Abaddon el exterminador
Abaddón el exterminador cierra la trilogía iniciada en El túnel y proseguida en Sobre héroes y tumbas. Desarrollando en su más amplio registro la metáfora del «Informe sobre ciegos», esta insólita y profunda novela hace ingresar a Ernesto Sabato en el ámbito mismo de la escritura, y lo incorpora como personaje en una compleja construcción técnica cuyo juego de perspectivas remite a la vez a la realidad de un tiempo de apocalipsis y a las simas anímicas donde bucea el poder visionario del acto creador. Así, en la cúspide de su grandeza, esta vasta obra totalizadora culmina y comprende todo el arte sabatiano y la hondura de su indagación existencial. Abaddón el exterminador fue galardonado en París como el mejor libro extranjero publicado en Francia en 1976. «Una vasta novela onírica, visionaria, profética.» Le Figaro «Sabato se impone como uno de los más grandes escritores latinoamericanos de todos los tiempos.» Les Nouvelles Littéraires «Sabato es un escritor impresionante.» La Stampa «Obra grandiosa, introducción al reino de los demonios que están dentro y fuera de nosotros.» Die Welt «Una de las más deslumbrantes obras sobre la crisis de nuestro tiempo.» El Tiempo
- ISBN 9788432211386
- Nº PÁGS 480
- AÑO 2002
- EDITORIAL SEIX BARRAL
Sabato se despidió de la ficción con sus más oscuras obsesiones. Siendo honesto, el libro es todo aquello que no esperaba. Dos detalles no le dan un consagratorio 10: hay como cien páginas de más -que tienen sentido, pero tranquilamente podrían no estar sin que la historia sufra-, y su habitual mención innecesaria a borges. Saliendo de eso, el recurso de usar sus viejos personajes, explicar el origen de su locura, él como personaje la hacen realista, aun cuando puede ser un cúmulo de teorías de un viejo loco, mejoran el escrito. Él podía hacer eso. Las ultimas cincuenta hojas son muy angustiantes, muy oscuras.
Y el final lo tiene a él y a su alter ego literario, muy cerca y muy lejos.
Paz y cierre.
8/10, gracias Ernesto. Te admiro al punto de odiar mi eterna envidia. Y creo que me entenderías.