“Y entonces pensó que la vida era a veces tan hermosa que no se parecía a la vida”
“La cuestión no es cómo yo me sienta, se dijo. La cuestión es cómo me ven”
“El exceso de confianza quiebra más que los plomazos”
“Quise retroceder porque pensé que regresando podría encontrar el calor que acababa de dejar; pero me di cuenta a poco andar que el frío salía de mí, de mi propia sangre”
“La hizo reflexionar sobre su tierra –aquel pueblo orgulloso, violento, tan bueno y desgraciado al mismo tiempo, siempre lejos de Dios y tan cerca de los pinches gringos- y sobre sí misma”
“Hasta que un día yo pronuncie palabras que de nuevo sean verdad”
“Ningún miedo es insoportable, a menos que te sobren tiempo y cabeza para pensar en él”
“Vámonos donde nadie nos juzgue”
“Resignarse a envejecer amarga y sola, estancada en aquella ciudad como en cualquier oro rincón perdido del mundo, mientras ese mundo seguía girando como siempre lo hizo, aunque antes no se diera cuenta: impasible, cruel, indiferente”
“En esta tierra, quien hoy pide favores tiene que devolverlos mañana”.
“Ni siquiera el miedo existía entonces; porque el miedo es hijo de la imaginación”
“Digan lo que digan, el dinero sucio quita el hambre lo mismo que el limpio”
“Cuando se vive torcido, hay que trabajar derecho”
“En este oficio, lo que mata es la envidia”
“La gente más peligrosa es la que más ha sufrido, porque es la que sabe que se puede sobrevivir”