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La fiesta del chivo
En La Fiesta del Chivo asistimos a un doble retorno. Mientras Urania Cabral visita a su padre en Santo Domingo, volvemos a 1961, cuando la capital dominicana aún se llamaba Ciudad Trujillo. Allí un hombres que no suda tiraniza a tres millones de personas sin saber que se gesta una maquiavélica transición a la democracia. Vargas Llosa, un clásico contemporáneo, relata el fin de una era dando voz, entre otros personajes históricos, al impecable e implacable general Trujillo, apodado el Chivo, y al sosegado y hábil doctor Balaguer (sempiterno presidente de la República Dominicana). Con una precisión difícilmente superables, este peruano universal muestra que política puede consistir en abrirse camino entre cadáveres, y que un ser inocente puede convertirse en un regalo truculento.
Hay bibliotecas enteras dedicadas al ascenso y caída del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina, dictador de la República dominicana desde 1930 hasta 1961, pero quien se acenture en la última novela de Mario Vargas Llosa, "La fiesta del Chivo", podría pasarlas por alto porque este libro es la destilación prodigiosa de todo ese conocimiento. No son los datos los que importan, sin embargo, sino lo que Vargas Llosa ha hecho con ellos: un retrato impecable del poder absoluto en una novela que se lee sin respiro de principio a fin, dejándose llevar por el autor sin preguntarle a cada paso qué es mentira y qué es verdad o por qué aquel o este personaje, inspirado en algún bufón o en alguna víctima del trujillismo, difiere de la figura real. En Santo Domingo -donde la novela se distribuyó al mismo tiempo que en Madrid y en Lima- siguen enrostrándole a Vargas Lloa su falta de respeto por algunas figuras políticas que todavía están vivas, sin advertir que la eficacia de cualquier novela - histórica o no- está en relación directa con su libertad.
Hay bibliotecas enteras dedicadas al ascenso y caída del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina, dictador de la República dominicana desde 1930 hasta 1961, pero quien se acenture en la última novela de Mario Vargas Llosa, "La fiesta del Chivo", podría pasarlas por alto porque este libro es la destilación prodigiosa de todo ese conocimiento. No son los datos los que importan, sin embargo, sino lo que Vargas Llosa ha hecho con ellos: un retrato impecable del poder absoluto en una novela que se lee sin respiro de principio a fin, dejándose llevar por el autor sin preguntarle a cada paso qué es mentira y qué es verdad o por qué aquel o este personaje, inspirado en algún bufón o en alguna víctima del trujillismo, difiere de la figura real. En Santo Domingo -donde la novela se distribuyó al mismo tiempo que en Madrid y en Lima- siguen enrostrándole a Vargas Lloa su falta de respeto por algunas figuras políticas que todavía están vivas, sin advertir que la eficacia de cualquier novela - histórica o no- está en relación directa con su libertad.
- ISBN 9788466318709
- Nº PÁGS 528
- AÑO 2006
- EDITORIAL PUNTO DE LECTURA
Novela que combina ficción (lo correspondiente a la familia Cabral con hechos históricos relativos a la Era Trujillo y al asesinato de éste.
La narración sigue tres líneas diferentes: La primera se refiere a Urania Cabral, personaje ficticio recordando hechos de su juventud relacionados con la dictadura. La segunda historia se centra en el último día en la vida de Trujillo. La tercera línea narrativa se centra en a los asesinos de Trujillo.
Aparecen tantos nombres que en un principio cuesta seguir la narración, pero después engancha.
Interesante novela de Vargas Llosa en la que se van descubriendo de forma paulatina los detalles del último día del dictador de la República Dominicana en la década de los 60, mezclando dicha historia con una trama actual en la que una mujer vuelve a la isla.