Crítica de Blackroisin › Santuario
Duro y crudo. Los años 30 en plena crisis económica y con los famosos speakeasies no eran fáciles ni de color de rosa y Faulkner escribió una historia que se funde perfectamente en ese escenario de gángsteres. Desde luego, el estilo de este escritor no es sencillo, es un libro para leer con calma e inferir entre los detalles de los diálogos y las descripciones lo que realmente está pasando. Merece la pena leerlo.
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