Lo sé. Lo siento. Aunque es posible que tenga razón. tal vez no existe el destino. Quizá son solo las oportunidades que se nos presentan y lo que hacemos con ellas. Estoy empezando a creer que quizá los romances grandiosos y épicos no existen. Tenemos que crearlos nosotros mismos.
-Si eso es francamente lo que piensas- le respondió Thorne guardándose la pistola-, es que no distingues el verdadero valor cuando lo ves.