-Mi Conejo Jefe me ha dicho que tengo que defender este corredor, y mientras no me diga lo contrario, aquí me quedaré.
(...) No hay nada que nos haga sentir más insignificantes que llegar a un paraje extraño y maravilloso donde nuestra existencia no importa nada.
Los animales no se comportan como los hombres -dijo-. Si tienen que pelear, pelean, y si tienen que matar, matan. Pero no se sientan y utilizan su ingenio para maquinar maneras de destrozar la vida de las otras criaturas y herirlas. Poseen dignidad y animalidad.