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Crítica de MarchRetorno a brideshead

March

Me gustan esas conversaciones cruzadas, un tanto inconexas, que se mantienen cuando acaban las reuniones del club de lectura. Es en esos momentos cuando se dicen las cosas que han quedado pendientes por falta de tiempo, surgen ideas nuevas al hilo de las intervenciones, cosas en las que no habías caído hasta entonces. Y también cuando vamos recordando libros que hemos leído o querríamos leer o habría que leer. Fue en uno de esos retales de la tertulia cuando alguien mencionó Retorno a Brideshead: un verdadero novelón, dicho en el mejor sentido. Es de esos libros que siempre había querido leer, pero que por una razón u otra, o sea por un libro u otro, no lo había hecho. Gracias a Carmen he saldado una deuda conmigo misma.

Retorno a Brideshead cuenta el regreso de Charles Ryder a Brideshead, la mansión de Lord Marchmain convertida ahora en cuartel, que le lleva a recordar su amistad con Sebastian y el tiempo que pasó allí, embelesado por la belleza de sus muros y la singularidad de sus habitantes, determinantes a lo largo de toda su vida. Pero es también una magnífica serie británica protagonizada por Jeremy Irons y Anthony Andrews, que tuvo un gran éxito en los años ochenta y que hoy, treinta años después, aún recuerdo perfectamente. Imposible leer un solo pasaje imaginando otros rostros u otros paisajes que los vistos en televisión. E igual que entonces, es una historia que me produce una profunda tristeza, porque nos muestra a un grupo de personas que viven una vida que no han decidido y pueblan un mundo que ya no existe. Da igual cuáles fueran sus deseos o lo que hicieran, conscientemente o no, por rebelarse, al final el rebaño sólo puede volver al redil.

La conversión Evelyn Waugh al catolicismo y su búsqueda de Dios marcan una novela que según el autor nos habla de “la influencia de la gracia divina en un grupo de personas muy diversas”. Pero si algo define la novela es una frase leída por lady Marchmain durante una velada: “le cogí con un anzuelo y una caña invisibles, lo bastante largo como dejarle caminar hasta el fin del mundo y hacerle regresar con un tirón del hilo”. Resume no sólo la esencia de la novela sino que refleja la estructura misma de la obra dividida en tres grandes partes: Et in Arcadia ego, cuando Sebastian y Charles se conocen y viven los mejores momentos, que sin embargo no tardan en volverse asfixiantes haciendo que todos, finalmente, le digan Adiós a Brideshead. Pero como le explica Cordelia a Charles Ryder, cuando se encuentran muchos años después, “Dios no permitirá que la dejen (la religión) por mucho tiempo” y Tirando del hilo de una forma u otra todos regresan.

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