Los militares no pierden el sueño. Asesinan y encima les ponen medallas. Las buenas gentes de Kansas quieren matarme y algún verdugo habrá que este encantado de hacer el trabajo. Matar es muy fácil.
Claro que la imaginación siempre puede abrir la puerta que sea, dar la vuelta a las llaves y dejar paso al terror.