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Y las cucharillas eran de Woolworths
En el Londres bohemio de los años 30, una pareja de jóvenes artistas contra una boda secreta... a la que va todo el mundo. Facturas sin pagar, mudanzas forzadas, hijos y amantes inesperados pondrán a prueba el espíritu de una heroína cándida y cómicamente inocente. Y las cucharillas eran de Woolworths es, en efecto, una novela de economía de subsistencia, llena de facturas sin pagar, gente sin trabajo, cortes de luz y gas, mudanzas forzadas, comidas magras, hijos colocados en casas de parientes y caminatas de una punta a otra de Londres por falta de una moneda para pagar el autobús. Por no hablar de los más extraños, eso sí, «baratos», animales domésticos, desde un sapo hasta un zorro. Pero, y eso es lo interesante, no es en absoluto una novela que juegue al miserabilismo.
La peculiar voz de su narradora parece aquejada de una especie de síndrome de felicidad que impregna hasta sus momentos más tristes. Una novela excelente, realmente divertida y muy original. Su prosa es sencilla, concisa y certera, sin aparato retórico y, por debajo de su aparente informalidad, hay una férrea y dificilísima coherencia.
La peculiar voz de su narradora parece aquejada de una especie de síndrome de felicidad que impregna hasta sus momentos más tristes. Una novela excelente, realmente divertida y muy original. Su prosa es sencilla, concisa y certera, sin aparato retórico y, por debajo de su aparente informalidad, hay una férrea y dificilísima coherencia.
- ISBN 9788484287872
- Nº PÁGS 240
- AÑO 2012
- EDITORIAL Alba
Libro sin críticas