Los elementos de la noche

Los elementos de la noche son los mismos que hacen el mundo: agua, aire tierra y sobre todo fuego. Bajo el signo del fuego, esta poesía se define por su perpetuo movimiento y su incesante lucha de contrarios. En ella la noche aparece como el emblema dialéctico de nuestra desgarradura: principio/fin, luz/oscuridad, pasado/porvenir, sueño/vigilia. La noche es el fin de todo lo que contuvo el día que no volverá, pero es también la prueba de que la vida nunca se detiene y siempre hay otro amanecer.
Cuando este libro apareció en enero de 1963, Efraín Huerta escribió: "Los de José Emilio Pacheco son poemas de perfección y emoción. Parecería que ya no es fácil, ahora, decir 'amor mío' en un poema; parece que no es sencillo encontrarle secretos al soneto; parece difícil penetrar en el hermoso género llamado poema en prosa. Hay en esta poesía un ansia, un ardor; hay la búsqueda del color, de los misterios; hay la persecución de la verdadera palabra. De la verdadera voz. (¿Quién es capaz de haber hallado su verdadera voz?)"