Ciudad de la memoria

Los poemas de José Emilio Pacheco reunidos en Ciudad de la memoria tienen la profundidad y la ligereza de la mejor poesía de nuestra moderna tradición. Fueron escritos en el trienio que va de 1986 a 1989, luego del desastre mexicano de septiembre de 1985, entre cuyas ruinas sobrecogedoras resplandeció, con una sombría vibración, la doble faz de la tragedia y la solidaridad, lo que dio a este poeta un gran tema elegiaco, tratado en su anterior volumen, Miro la tierra. Al lado de su riqueza imaginativa, y rodeándolos como una atmósfera, como un ámbito, la dicción de Pacheco tiene las cualidades de una conversación íntima. Preocupado sinceramente por los lectores, el poeta busca la atención y la inteligencia de sus semejantes; está convencido de que sólo en diálogo que se cumple en el silencio del texto leído, se produce la chispa mágica de la experiencia poética. La mirada de José Emilio Pacheco se dirige alternativamente a la historia y su convulsivo sinsentido; a la condición humana en su abismal singularidad; a la propia poesía, entre cuyas palabras encontraremos, acaso, la sustancia del sueño, la vía de reconciliación con la naturaleza, la materia de la esperanza, los misteriosos rasgos de nuestras caras.