Muchas veces me había sentido como un juguete roto. Pero aquella noche, más que cualquier otra noche, me sentí como el niño que se queda mirando, casi incrédulo, aquel juguete roto.
Quisé decirle tantas cosas...Que al final no dije ninguna.
Sé que no tengo derecho a complicarte la vida, pero voy a hacerlo... Si me dejas.