Ad Noctum

¡Quién sabe que se le antoja al acto consciente decir cuando se lee este poemario! Un impresionismo simbolista, o una larga oda al dios Bifronte Eros-Tanatos, como una Hossana que enmarca un rito perpetuo.
Luce como un solo canto limpio, decantado, absoluto que emerge de lo profundo de lo terrible, de una lucha perpetua siempre en derrota, siempre pérdida, pero tenaz, feroz.
En cada poema muere matando el batallador pero como fénix renace y hace renacer y hace renacer a su victimario-victima, para volverlo a matar muriendo, en un mundo delectado de sombras perpetuas, donde solo existe, como sibilas, las palabras y como propuesta, el caos, comienzo y fin del todo.

Domingo Rogelio León