Crítica de Glez › La intrusa
Shimura es un meteorólogo que vive en las afueras de Nagasaki. Su vida, de casa al trabajo, se cimenta en la rutina y el orden. Desde hace algún tiempo percibe que faltan alimentos de su frigorífico y que ciertos objetos de la casa están colocados de manera diferente, así que instala una web-cam en la cocina para observar lo que ocurre desde el trabajo.
Es un relato encantador, una fábula propia de la literatura japonesa no sólo por sus personajes y localización, sino por la manera de narrar con una sensibilidad especial. Con un lenguaje sencillo, el autor pone al descubierto la soledad y el vacío de los personajes como un reflejo del mundo que nos ha tocado vivir.
Éric Faye es francés (la literatura francesa tampoco es ajena a esta forma sensible de expresar) y se basó en un suceso real. La novela recibió el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.
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