Golem xiv

Un ordenador, que se consulta cual oráculo, se perfecciona hasta tal extremo que es capaz de aprender de sus errores y desarrollar una inteligencia antes jamás conocida por el hombre. Se considera que su lógica se sitúa en un nivel inalcanzable por las mentes más sofisticadas del planeta y que sus directrices son la clave del progreso de la humanidad. La computadora estudia al humano incansable e implacablemente y elabora su diagnóstico…y éste es, en esencia, demoledor. Golem (en su versión XIV, la más perfecta, la más preclara) analiza la historia natural y concluye que se trata de una involución cuyo subproducto es el ser humano. Desde la ameba (perfecta en su simplicidad metabólica y en su relación con el medio), los cuerpos portadores de vida degeneran añadiendo masa y complejidad hasta que la inteligencia hace su aparición en el cerebro de un homínido…y este hecho es interpretado por Golem como el final de un proceso sin salida que pretende pasar el relevo de la involución a otras manos en una especie de maniobra desesperada que no hará sino acrecentar un desastre anunciado. La inteligencia no es salvadora sino la consecuencia de un discurrir descarriado que solo podrá encauzarse de nuevo tras una segunda migración de la fuerza motora de la historia: la huída de la inteligencia desde el cerebro humano al cerebro cibernético.

Pues ahí queda eso…Yo tengo que decir que lo que me enganchó a esta novela fue el hecho de que, al poner a Golem al servicio del ejército, el pobre se bloquea sin remedio…Creo que pensó que quizá la estrategia militar no está precisamente al servicio de la humanidad, así, en términos amplios….Y ojo con los toques de humor: cuando Golem se aleja hacia los confines del conocimiento no lo hace solo. Una “ordenadora”, Honest Annie, a la que considera el único ser intelectualmente a su altura, será su compañera de viaje…