Crítica de Kyanea › Segunda tumba a la izquierda
La saga Charley Davidson tiene dos partes: la de resolver casos en la que vemos diferentes personajes y situaciones en cada libro; y la “historia de amor” entre ella y Reyes, quien resulta ser el hijo de Satán. Ambos son portales, ella hacia el cielo y él hacia el infierno, y es por esto que Reyes decide dejar que su cuerpo humano muera.
Es la típica historia de amor imposible en la que son polos opuestos y por mucho que lo intenten no pueden estar juntos.
Como siempre, mis personajes favoritos no suelen ser los principales y, en este caso, es Garret, un rastreador y ex-amigo de la Charley. Se llevan como el perro y el gato y, para mi, forman una pareja perfecta.
Es un libro que no me ha decepcionado nada, entretiene con el humor de los personajes y atrapa desde la primera página utilizando el misterio, la muerte y mucho, mucho café.
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