Crítica de FAUSTO › El hombre en el castillo

Cuarta novela que leo de Philip K. Dick y, a pesar de ello, siempre consigue sorprenderme y “descolocarme”. El autor parte de una ucronía interesante (la victoria de las potencias del Eje en la 2ª guerra mundial) mostrando el cambio que ha sufrido el mundo y narrando las diferencias e intrigas entre las políticas de los ganadores y las relaciones que conllevan los vencedores y los perdedores. Esta idea sugerente se ve aderezada por un elemento peculiar cuya importancia en la trama es primordial: una novela ucrónica que describe la humanidad y el curso de la historia tras ganar la guerra los Aliados (no es nuestra realidad). Este juego de espejos, o “matrioskas literarias”, va creciendo en interés y significado en la trama hasta llegar al apogeo en un extraño e impactante final. Conclusión ambigua, aunque no tanto, como me tiene acostumbrado (“Valis” o “Ubik”) el autor y que el propio lector debe esbozar su significado.

La parte negativa del argumento, en mi opinión, está en la confusión y desconcierto que provienen en varios momentos de las historias y personajes que conforman la novela, algo bastante común en su obra. Hay varias fases en estas líneas de la trama que no están bien explicadas o, por lo menos, no consigo descifrar que quiere manifestar el autor. Me sobran bastantes situaciones y acciones de los protagonistas. Da la sensación de ser un texto complejo por el estilo deslavazado que por la esencia de los asuntos que trata. Una lástima.

Analizando los pros y los contras, resulta un libro sugerente pero fallido en ocasiones. No llega a la calidad y el atractivo que me supuso “Ubik”, pero “El hombre en el castillo” alcanza la “categoría” de lectura recomendable.