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Crítica de ThabithaNunca me abandones

Thabitha

Para quienes no conozcan a Kazuo Ishiguro o no hayan leído nada suyo, esta es una buena obra con la que empezar. Un libro de fácil lectura, clasificado como ciencia ficción aunque realmente no trata temas científicos ni se pierde con tecnicismos que puedan aburrir a aquellos a los que no nos va mucho ese género.

El mundo de Hailsham y sus personajes no es más que una excusa para plantear las cuestiones fundamentales de la existencia humana.

Los “pupilos” de Hailsham sufren una contínua manipulación de la información. En el colegio les dan una mezcla de dos informaciones distintas para desviar su atención sobre una de ellas haciendo que olviden la otra. Es la forma en que “te lo dicen pero no te lo dicen”.

Toda la novela está estructurada en tres momentos de la vida que corresponden a las tres partes en que se divide: Hailsham (etapa escolar), Cottages (etapa “universitaria”), cuidadora (etapa adulta, “laboral”).

Durante toda la historia va manteniendo el misterio de forma que tú te enteras de las cosas al mismo tiempo que los personajes.

Toda la historia da una enorme importancia al arte. Se tratan los trabajos artísticos como una expresión que “demuestra que tienen alma” ya que las obras de arte que haces llevan parte de tu alma.

Pero, en mi opinión, el punto fundamental en torno al cual gira toda la historia, además del amor, la amistad y la evolución de la persona, es el eterno dilema sobre el sentido de la vida.

Viven en una “burbuja de cristal” que tendrán que abandonar cuando se hagan mayores. Estrecha el mundo amable en el que vive contra su pecho y desea que nunca le abandone. Pero al final sabrán lo que es el mundo, despertarán.

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