Carol

Therese, una joven escenógrafa trabaja fortuitamente como dependienta de la sección de juguetes de unos grandes almacenes. Carol, una distinguida mujer, recién divorciada, entra a comprar una muñeca para su hija, este hecho muda para siempre el curso de la vida de la joven. Es una historia de amor, un amor prohibido para la época y la sociedad en la que está ambientada, los Estados Unidos de los años cincuenta.

Como en todas las novelas escritas por Hightsmith, manifiesta que es una experta constructora de ambientes envolventes, esta atmosfera es un protagonista más que dota de un marco adecuado al desarrollo del argumento. En esta novela crea sensación de debilidad, amenaza e inseguridad, y ello, sin ser explícita con una magistralidad propia de los grandes maestros. Demuestra, a la vez, que es una experta en crear personajes de un incalculable valor psicológico, que no son arquetipos y exponen una marcada evolución psicológica.

Domina la técnica de la creación de diálogos, y lo demuestra en este libro, donde son fundamentales para crear la atmosfera del libro y un valor incalculable para caracterizar a los personajes, los escasos participantes que desfilan. Estos diálogos otorgan a la historia de un ritmo propio y ofrecen profundidad a la trama. En algunos momentos la tensión provoca angustia e incluso sufrimiento, pero la lectura se vuelva adictiva desde el primer momento.

Hay escenas de sexo entre las protagonistas, pero no se deleita en detalles innecesarios, explican que la relación de las dos mujeres ha avanzado un paso en su relación y solo expresan el placer sexual de un modo trascendental. La sensualidad que se manifiesta contiene tanta ternura que no pueden expresar más que un profundo amor.

Un libro totalmente recomendable. Se puede leer como una historia de amor universal.