Citas del libro Dublinesca
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"Nunca como en aquel momento le habían cuadrado mejor los versos del poema <
Enrique Vila-Matas> porque, por arte y magia de las circunstancias, su breve paseo nocturno hasta el pub le estaba transformando en la vieja puta de la gabardina del fin del mundo, es decir, en la inesperada reencarnación del último de la desgraciada literatura y al mismo tiempo en un pobre viejo acabado y muerto de frío que caminaba por las callejuelas de estuco, donde la luz era de peltre y por las que pasaba él mismo, el último editor literario de la historia, convertido en su propio funeral viviente." (2010:293)