Crítica de Lromeronet › El triunfo de la belleza
Hay lectores aficionados a los libros gordos. Esos que exceden del kilo o las 1200 páginas, y si hay varios volúmenes de dudoso punto final,mejor.
No es mi caso. Tal vez porque considero que en una historia debe primar el contenido, pero también la síntesis de ideas. El lector no se merece darle vueltas y vueltas para aportar poco o nada.
Las novelas cortas, esas de poco más de 100 páginas a lo sumo, suelen ser un buen ejemplo de condensación. Aunque no siempre se consiga.
Un autor que si lo hace es Joseph Roth en esta novela corta, de incuestionable interés y contenido. Además magistralmente escrita.
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