Ahora entiendo por qué has sido inmune a mis encantos. No tenía idea de que estaba compitiendo con un emperador. Es difícil ganarle a eso, aun para mí.
Su encanto lunar era más impactante que el de la reina levana, y su belleza dolía.
Ahí estaban los dos. Marginados. Indeseables. Locos.
-Si fueras un caballero, me habrías invitado a uno. -Si fueras una dama, habrías esperado a que te invitara.