No entendía, o no quería entender, que cuando ciertas cosas llegan a su fin, no hay camino de retorno
¿Por qué creemos que vivimos nuestras vidas, cuando son nuestras vidas las que nos viven a nosotros?
Tenía la extraña sensación de haber soltado amarres sin disponer de otro muelle en el que atracar
Había vivido, soñado, trabajado, respirado, reído e, incluso, amado, sin sospechar que, al final del camino, yo le estaba esperando