Suyas eran las estrellas

«Mientras la civilización de Vega, aún en el cenit de su poderío político y militar, sufría aquel peculiar declive en su influencia, comenzaba a desarrollarse la cultura llamada a reemplazarla en el futuro. El lector debe tener presente que en aquel tiempo nadie había oído hablar de la Tierra y que su estrella, el Sol, se conocía sólo como una estrella más del tipo G o en el sector Draco. Resulta factible, aunque altamente improbable, que Vega supiera que la Tierra había desarrollado el vuelo interestelar algún tiempo antes de los hechos que se van a referir aquí. No obstante, sólo era un vuelo interplanetario local. Hasta ese momento la Tierra no había tomado parte alguna en la historia de la galaxia. Sin embargo, resultaba inevitable que la Tierra efectuase los dos descubrimientos cruciales que la sacarían de aquel desfase. Podemos estar seguros de que Vega hubiera empleado todo su enorme poder para evitarlo si hubiera sabido que la Tierra se iba a convertir en su sucesora. El hecho de que Vega se equivocara al efectuar tal predicción evidencia que no se tenía una idea real de lo que estaba sucediendo en la Tierra en aquel tiempo...»