Inutil poesia

Estos poemas, Inútil Poesía, de Àlex Susanna, si se encontrasen como de repente, entre otros libros de poesía, porque ya los poemas son un bosque, enseguida podría percatarse el lector, perdido en él, de que ya está en casa, porque enseguida también oirá los ruidos y susurros, percibirá los aromas y verá las cosas y los seres humanos, que siempre estuvieron en la poesía y en casa. Entonces nos sentamos bajo la acogedora cavidad de estos poemas, y nos quedamos ahí. Martin Heidegger habló muy seriamente de la palabra como cada del ser, y esto va muy lejos; pero, aunque prefiero tener lejos a metafísicas y místicas cuando la poesía se trata, no podría rechazar la vislumbre ante estos poemas, porque, como digo, son la casa, y ésta tiene estancias y descansaderos, melancolías y dulzuras, y un pozo; y también ventanas por las que se ve el mundo, con su ruido y su furia, o su acedía. Pero desde casa y la inútil poesía. Ésta es un don, que no sirve para nada, ciertamente; gratuidad pura. El poeta dice que su mesa de trabajo, con el recado de escribir y fabular sobre ella, es una naturaleza muerta; esto es, lo que en principio se llamó una pintura de silencio; y el silencio es el remedio de la gran dolencia del vivir humano, como se supo siempre, pero también la alegría de estar en casa y la poesía, que, porque es algo inútil como todos los dones, es lo verdaderamente necesario. José Jiménez Lozano José Jiménez Lozano ha recibido el Premio Miguel de Cervantes de las Letras Españolas 2002.