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Estupor y temblores
Esta novela de inspiración autobiográfica, que ha obtenido un enorme éxito en Francia, cuenta la historia de una joven belga que empieza a trabajar en Tokio en una gran compañía japonesa. Pero en el Japón actual, fuertemente jerarquizado, la joven tiene el lastre de un doble handicap: es occidental y mujer, lo cual la convertirá en blanco de una cascada de humillaciones y de una progresiva degradación laboral que la llevará a pasar de la contabilidad a servir cafés, ocuparse de la fotocopiadora y finalmente encargarse de la limpieza de los lavabos masculinos.
- ISBN 9788433969194
- Nº PÁGS 144
- AÑO 2000
- EDITORIAL ANAGRAMA
Estupor y temblores hace referencia a las sensaciones que los súbditos debían sentir cuando los súbditos se dirigían a su emperador. En la sociedad jerarquizada de la novela, se prueban estas emociones sobre todo en los personajes de Fubuki y Amélie. Entre ellas hay una relación extraña, Fubuki, una mujer muy bella, centrada en su trabajo pero soltera (según los cánones japoneses una mujer con más de 25 años que aún no se ha casado vive en la vergüenza). Da la sensación en algún punto que Amélie se ha enamorado de ella.
Esta novela cuenta la historia de una joven belga que empieza a trabajar en Tokio en una gran compañía japonesa. Pero en el Japón actual, fuertemente jerarquizado, la joven tiene un doble hándicap: es occidental y mujer, lo cual la convertirá en blanco de una cascada de humillaciones y de una progresiva degradación laboral que la llevará a pasar de la contabilidad a servir cafés, ocuparse de la fotocopiadora y finalmente encargarse de la limpieza de los lavabos masculinos.
La trama es una recopilación de anécdotas que ofrecen una parodia del mundo laboral de una multinacional japonesa. El libro tiene carácter autobiográfico, está escrito en primera persona, sí bien, tiende a la exageración y a agrandar las diferencias entre la cultura occidental y la oriental llegando incluso a enfrentarlas.
Estamos ante un buen libro. Lo recomiendo totalmente, es divertido, no puedes evitar sentirte identificada con la protagonista, pero los personajes tienden a ser demasiado buenos o malos, y, además, excesivamente extravagantes.