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> > > La sed de su trigo y el recuerdo...

  • La sed de su trigo y el recuerdo de la multa eran dos feroces perros agarrados a su corazón. Cuando el uno, cansado de morderle, iba durmiendose, llegaba el otro a todo correr y le clavaba los dientes.
    Vicente Blasco Ibáñez, La barraca

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