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> > > —«Comprendí en un momento de quietud...

  • —«Comprendí en un momento de quietud —leyó Litima—. Las llamas de aquellas velas eran como las vidas de los hombres. Tan frágiles. Tan letales. Si no se las molestaba, iluminaban y daban calor. Si se las dejaba a sus anchas, destruirían las mismas cosas que debían iluminar. Hogueras en embrión, cada una portando una semilla de destrucción tan potente que podía arrasar ciudades y hacer caer de rodillas a los reyes. En años posteriores, mi mente regresaría a aquella noche tranquila y silenciosa, cuando contemplé las filas de seres vivos. Y comprendí. Que te ofrezcan lealtad es como ser infundido como una gema, obtener la temible licencia para destruir no solo tu propia entidad, sino la de todo lo que está a tu cargo.»
    Brandon Sanderson, El camino de los reyes: la guerra de las tormentas i

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